lunes, 28 de septiembre de 2015

Charlie Sheen, el ultra

Vladimir Manchev y Hristo Stoichkov
Siempre me ha gustado "ir a la cancha". Para ver cualquier partido de cualquier categoría. El ambiente que se respira es único. Sobre todo cuando la gente realmente anima a su equipo. Tras vivir unos años en Argentina y haber estado en muchos partidos, tuve la oportunidad de "ir a la cancha" en España. A Mestalla concretamente. El ambiente era gélido y yo no pensaba sentarme porque había que animar. "¡Eh, chaval, siéntate que no se ve nada!" me gritó alguien. Como vi que era el único, obedecí. Aquello parecía una sesión de tarde de un cine pijo. Salvo por un puñado de hinchas muy ruidosos que no paraban de alentar (Quiero dejar claro que lo que me encanta es eso, el no parar de alentar al equipo, cantar, gritar y desgañitarse los 90 minutos. La ideología que mueve a muchos de esos ultras no va conmigo). Este post va dedicado a esos hinchas ruidosos y animados que cada partido lo dan todo. Como es el caso del "Comando Charlie Sheen", una peña del Levante U.D. que rebosa originalidad y diversión. Tuve la ocasión de estar con ellos un partido y aburrir no te aburres. Sacan motes a todos los jugadores (propios y rivales), inventan canciones y animan sin parar en el Ciutat de València. En la ilustración de esta semana, dos mitos se juntan para homenajear al "Comando". Vladimir Manchev (uno de los ídolos de la peña, un "killer" del área que marcó la friolera de 13 goles en 60 partidos en el equipo) y Hristo Stoichkov, un tipo que jamás se puso la camiseta pero que encaja en la filosofía follonera del hincha que anima a su equipo y que fue reclutado para la causa. Aston Kutcher ¡¡¡Borinot!!!.

2 comentarios:

  1. Aqui te dejo un artículo sobre este grupo de aficionados: http://golypunto.blogspot.com.es/2015/04/el-comando-charlie-sheen.html

    El simple gesto de levantar la mirada y fijarse en la grada, hace ver a uno auténticas bacanales los 90 minutos de juego. Estadios que se convierten en fiesta, gracias a aficionados (en peligro de extinción) capaces de haber comprendido que el objetivo del fútbol es disfrutar.

    Un saludo balón cuadrado.

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  2. Enormes. Son enormes. Me encantan estos aficionados. Saben sufrir, disfrutar cuando se gana y cabrearse cuando se pierde. Pero no pierden la alegría y la ilusión de ir cada partido a animar.

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